Por Ivon Becerra
La cultura patriarcal nos ha impuesto una imagen de la mujer sumisa, callada y condescendiente, y ha llevado a la sociedad a normalizar y omitir un sinfín de situaciones que vulneran los derechos de las mujeres. Este ha sido un problema que por siglos ha naturalizado la limitación a la mujer y que, por ende, también ha sesgado a muchas personas, imposibilitándolas a entender el por qué salimos a las calles a exigir nuestros derechos y expresar rabia y cansancio.
Estamos enojadas porque aún en el 2023 nuestro miedo a caminar por la calle no se reduce solo a sufrir un asalto, sino a que terminemos violadas y muertas. Muchas mujeres ni siquiera en sus círculos más cercanos pueden sentir seguridad y temen ser un número más de la lista de femicidios, la cual aumenta cada año.
Tenemos rabia porque si somos víctimas de abuso, se duda de nuestra palabra y se nos somete a un proceso de revictimización constante, que termina por agotar nuestras energías y vida. Hemos visto cómo el poder de la cultura machista llega hasta los jueces y distorsiona el concepto de pena justa hacia los agresores.
Como si esto no fuera suficiente, la frustración se extiende al no poder decidir por nuestros cuerpos, cuando somos quienes sufrimos los cambios físicos y emocionales que conlleva traer una vida al mundo. Y esto es solo una parte, por quien debe cuidar y paralizar su vida en varios ámbitos, sigue siendo la mujer.
Estamos cansadas de la cultura patriarcal, de que se nos siga considerando y tratando como débiles, de no poder disfrutar de nuestra libertad y cuerpo sin que se nos critique, se nos sexualice o se emita algún comentario sobre él.
Estos son algunos de los tantos motivos por los que aún nos vemos obligadas a salir a marchar y gritar para reivindicar nuestros derechos. Y si todavía alguien no los entiende, pues que no se preocupe, porque seguiremos luchando y repitiendo que no somos ni más ni menos que los hombres. Lo reafirmaremos cuantas veces sea necesario, hasta que cada uno de los miembros de esta sociedad lo logre interiorizar.
