En cada organización, existe un apoyo fundamental que brinda soporte e influye en la comunicación y clima laboral, y sin este pilar, muchas entidades se verían afectadas en su desarrollo e imagen. 

En 1986, el Sindicato Alberto Hurtado Cruchaga percibió la necesidad de incorporar a su equipo a una secretaria que les ayudará en tareas organizacionales. En ese momento, aun cuando la sede sindical se encontraba en el tercer piso de la Casa Central de la PUCV,  una joven secretaria asumió el desafío de apoyar incondicionalmente a la organización en el quehacer administrativo, partiendo desde cero, con sólo una máquina de escribir  y ordenando documentos acumulados en una cocina que intentaba ser una bodega. Desde aquel entonces, han pasado 35 años y Cecilia Maldonado aun sigue fiel a su puesto, contribuyendo a la eficiencia y dedicación de esta organización. 

Los inicios de Cecilia en el oficio comenzaron cuando sus padres le dieron la opción de estudiar secretariado básico por tres meses, y luego postuló como secretaria de apoyo a la Escuela de Ingeniería en Transporte UCV, lugar en el que estuvo cinco años y donde aprendió herramientas básicas del trabajo. Posteriormente, ingresó al Sindicato. “Fue un gran desafío porque la organización no tenía ni siquiera un espacio para la secretaría y tampoco implementos para su funcionamiento. Empecé con una máquina de escribir muy antigua y de a poco empecé a implementar todo lo que significaba tener los elementos esenciales para el trabajo. Todo lo que he aprendido ha sido por mí misma, ya que no tuve la oportunidad de tener una mejor capacitación”, comenta Cecilia. 

A medida que los años comenzaron a pasar, se fueron incorporando más socios al Sindicato, lo que significó un aumento en el tráfico de tareas y gestiones. Cecilia pasó de media jornada de trabajo a tiempo completo, transformándose en la cara de bienvenida y acogida de la organización. Y es que su rol ha jugado un papel fundamental, pues es quien recibe las solicitudes y consultas de los socios y socias, y gestiona la evaluación con los dirigentes. 

“Yo siempre he estado super pendiente de que todas las dudas o consultas que tienen los socios y socias lleguen a los dirigentes, e insisto para que sean atendidas, porque para mí los socios son como mis pollos, y a veces están afligidos y necesitan una respuesta pronta. Una se preocupa del bienestar de toda la gente”, destaca.

Si bien el sindicato poco a poco fue obteniendo beneficios que impactan directamente a sus socios y socias, las convicciones y luchas también intentaron reflejarlas dentro de su organización. Estos avances han entregado estabilidad y solidez al trabajo que desempeña Cecilia, pues cada directiva ha puesto en ella su confianza. “A medida que ha pasado el tiempo, han cambiado las directivas y cada uno de ellos trató de integrarme como una más en el equipo SAHC y eso se agradece. Siempre he dicho que el Sindicato es mi segunda casa, la quiero como si fuera mia”.

De cara a los momentos difíciles

Pero en estas tres décadas no todo ha sido color de rosas. En 2015, se planteó la discusión de unir los dos sindicatos presentes en la Universidad. Esta situación compleja implicó la renuncia de algunos dirigentes de aquel entonces y la decisión de cambiarse de sindicato por parte de varios socios. Cecilia cuenta que en ese momento de conflicto, sólo quedó un dirigente junto con ella en la organización, pero él realizó las gestiones pertinentes y convocó a parte de la directiva que hoy está presente. “Ese momento fue muy angustiante, porque no sabía lo que iba a pasar, pensaba que se iba a terminar el sindicato y yo me quedaría sin trabajo”. 

Sin embargo, las cosas paulatinamente comenzaron a solucionarse y el Sindicato volvió a restablecerse, con una directiva que en su gran mayoría estuvo compuesta por mujeres y que ha buscado integrar cada vez más a su secretaria. 

Hoy Cecilia está ad portas de comenzar una nueva etapa  y ser parte de la tercera edad. Más de la mitad de su vida ha estado junto al sindicato y recuerda, con emoción, todo el camino recorrido. “Han pasado muchas personas lindas en estos 35 años. Siento orgullo de muchos dirigentes que de alguna manera han dado su tiempo, su entrega para salir adelante con todo lo que significa buscar y negociar con las autoridades universitarias para el bienestar de los trabajadores”.